20mayo2020
¿Es la primavera? ¿Es el confinamiento? ¿Es que hace más tiempo del que alcanzo a recordar que no me pasa?………………………….. ¿Estaré ovulando?
El otro día. Bueno, Ayer por la mañana. Fui a comprar algunas cosas al supermercado de la zona. Uno pequeño pero muy completo. No es por nada pero iba vestida muy rara y muy atractiva, me lo notaba yo.
No, en serio…….. ¿Estaré ovulando?
Bueno, la cosa es que entré algo rancia porque odio hacer la compra. A penas había culminado el primer paso cuando allí estaba él esperando para pagar sus viandas. Tenía unos 50 años, atractivo a morir. Cerca de 1,90, camiseta y vaqueros desgastados (un tópico erótico que sigue siendo trending topic ), pelo blanco, gorra de beisbol y gran tatuaje en un antebrazo en el que se podía comer. (Yo comería, vamos)
Nada más verle, él, se detuvo en mí. Un, dos, tres, cuatro segundos. El tiempo justo para decir a voz en grito: ¡ALUNIZAJE COMPLETADO! (hubiese molado hacerlo) Pasa pocas veces pero cuando dos miradas se enganchan de la nada, ocurre algo que aún está por escribir.
Mi aspecto exterior siempre dice: «Cuidado conmigo que soy muy fuerte y todo me da igual» (No sé por qué, estoy trabajando en ello. Es confuso)
Pasados esos segundos, yo giré en sentido contrario a él, porque es la dirección que lleva el supermercado. Y en mi cabeza, que no en mi expresión, se oyó esa voz gritona y baja de estatus diciendo:
AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!!!! QUÉ FUERTE AAAAAAAAAAAAAAHHHHH!!!!! Tía, tía, tía, tía…. QUÉ FUERTE.
Conseguí terminar el pasillo de la pasta de dientes y las lejías en un tiempo que no dijese: «Has corrido» y allí volvió a aparecer él. Contra todo pronóstico, volvió a ocurrir. ¡¡¡ALUNIZAGE COMPLETADO!!! Algunos segundos se sumaron a los anteriores y el maduro eróticamente aprobado y la artista completamente desintegrada se habían encontrado respetando una distancia de seguridad jamás deseada.
ESTÁ PASANDOOOOOOOO… MADRE MÍAAAAAA…. ¿QUÉ HAGO? DILE ALGO, SAL CORRIENDO… ¿CANTA?… DISIMULA… AAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!
Mientras mi aspecto seguía siendo el de esa mujer tan alejada a mí, la cotidianeidad interrumpía el momento:
«¿Qué te pongo, Elena?»
«A ese señor» pienso «Pimientos» Digo «Verdes y rojos»
«¿Gordos?» pregunta
«Podría ser» Pienso «Pequeños» Digo
Una ristra de nueces me sirve de parapeto para controlar el rubor de mis mejillas. Me recompongo y vuelvo a buscarle. Él hace lo mismo. La cotidianidad de nuevo:
«¿Elena?»
«¿Sí? Perdón. Tomates de ensalada»
«¿De estos?»
«Igual da»
Él tiene el mismo aspecto de hombre imbatible que yo de mujer. Y me busca. Me busca detrás de las nueces y me sigue a los embutidos… Me acompaña de lejos mientras rodeo los quesos. Me deslizo ligera sabiendo que en cualquier momento puede ocurrir cualquiera de las cosas que confirma que soy una clown (payasa) de nacimiento. Pero no le dedico mucho a esto, él y yo hacemos el amor. Con la distancia como escenario, los productos de primera necesidad como escenografía y la banda sonora que pone el corazón bombeando con toda su fuerza.
Estoy ovulando, SEGURO.
QUÉ MIEDO… ES MUCHO PARA TÍ…… ELENA, POR FAVOR…….MIEDO NO……. POR FAVOOORRR…… (Como dice mi amiga Sara Gómez) CONFÍA, CONFÍA, CONFÍA.
Él termina de empaquetar sus cosas y sale. Antes de hacerlo se gira y me mira. No hay titubeos, mi mirada se posa en sus ojos como un petirrojo en un rosal (asignatura pendiente: metáforas) Un, dos, tres, cuatro, cinco… Mi gesto no cambia, el suyo tampoco.
Se va.
Me quedo.
Los del supermercado hablan de él. No alcanzo a escuchar pero pienso: ¿Habrá robado? (lo sé es muy fuerte pensar esto) Quiero saber más de él pero no sé como entrar en esa conversación que me pertenece. Finalmente, me río cuando ríen para que me incluyan. Me miran:
«¿El tipo de la gorra?» digo como si supiera de qué hablan.
«Sí, que lo he reconocido, es el hijo de…. «
Mi corazón va tan rápido que no escucho toda la información que me dan. No me entero de nada. Lo único con lo que me quedo que su padre hizo fortuna con el salmón (no se cual) y que él se llama Jose, como su padre. Me da vergüenza pedir que me lo explique todo de nuevo, así que me doy un paseo por el salmón ahumado esperando encontrar algo de información. Mi amiga Ángela Gonzalez lo habría conseguido en cero coma. Pero no es uno de mis talentos y no encuentro nada.
Pago y me voy.
Ya en el coche pienso: ¿Qué camino cojo? Podría pasar otro encuentro. Dejo que el instinto decida. El instinto no sabe nada. Pero sé que volveremos a encontrarnos. En el supermercado de la zona. Que es pequeño, pero muy completo.
PD: Se me olvidó comprar toda la fruta que me encargó mi madre.
PD2: En un tema así, las faltas son inevitables… sobretodo las de puntuación. ¿Cómo puntúas la alteración hormonal? Yo no lo sé
PD3: Este post se autodestruirá si le conozco y el tipo mola.
PD4: Información de última hora. Con estos datos que os he dado, mi amiga Ángela lo ha encontrado… ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!!!!